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Sistema reproductivo vegetal

Reproducción por estructuras asexuales especiales

En todo el reino vegetal, células, grupos de células u órganos especialmente diferenciados o modificados, durante el curso de la evolución, han llegado a funcionar como órganos de reproducción asexual. Estas estructuras son asexuales en el sentido de que el agente reproductivo individual se desarrolla en un nuevo individuo sin la unión de células sexuales (gametos). En esta sección se encuentran varios ejemplos de agentes asexuales especiales de reproducción de varios grupos de plantas.

Las esporas en el aire caracterizan a la mayoría de las plantas terrestres no florecientes, como los musgos, las hepáticas y los helechos. Aunque las esporas surgen como productos de la meiosis, un evento celular en el que el número de cromosomas en el núcleo se reduce a la mitad, tales esporas son asexuales en el sentido de que pueden crecer directamente en nuevos individuos, sin unión sexual previa.

esporangios de helechos
esporangios de helechos

En los helechos, las esporas están contenidas en casos llamados esporangios que se encuentran en la parte inferior de las hojas.

© Andrzej Tokarski/Fotolia

Entre las hepáticas, musgos, licópodos, helechos y plantas de semillas, los cogollos especialmente organizados de pocas a muchas células, o gemmas, también sirven como agentes de reproducción asexual.

Los órganos vegetativos o somáticos de las plantas pueden, en su totalidad, modificarse para que sirvan como órganos de reproducción. En esta categoría pertenecen estructuras de plantas con flores como estolones, rizomas, tubérculos, cormos y bulbos, así como los tubérculos de hepáticas, helechos y colas de caballo, los brotes latentes de ciertas etapas de musgo y las hojas de muchas suculentas. Los estolones son estolones alargados, u tallos horizontales, como los de la fresa, que enraizan y forman nuevas plántulas cuando hacen un contacto adecuado con una superficie de suelo húmedo. Los rizomas, como se ve en el iris, son tallos carnosos, alargados y horizontales que crecen dentro o sobre el suelo. La ramificación de los rizomas da lugar a la multiplicación de la planta. Las puntas carnosas agrandadas de los rizomas subterráneos o estolones se conocen como tubérculos, ejemplos de los cuales son las papas. Los tubérculos son tallos carnosos de almacenamiento, cuyos brotes («ojos»), en condiciones adecuadas, pueden convertirse en nuevos individuos. Tallos erectos, verticales, carnosos, subterráneos, que se conocen como cormos, se ejemplifican por azafranes y gladiolos. Estos órganos fluyen las plantas durante períodos de latencia y pueden desarrollar cormlets secundarios, que dan lugar a nuevas plántulas. A diferencia del cormo, solo una pequeña porción del bulbo, como en los lirios y la cebolla, representa el tejido del tallo. Este último está rodeado por las bases carnosas de almacenamiento de alimentos de hojas de formación anterior. Después de un período de latencia, los bulbos se convierten en nuevos individuos. Los bulbos grandes producen bulbos secundarios a través del desarrollo de brotes, lo que resulta en un aumento en el número de individuos.