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Quistes de colédoco Tipo IV-A: un desafío

Antecedentes/propósito: Los quistes de colédoco Tipo IV-A se caracterizan por una dilatación quística congénita del árbol biliar que se extiende para involucrar también los canales biliares intrahepáticos. Se presenta una experiencia en un solo centro del manejo de los quistes de colédoco tipo IV-A.

Métodos: Treinta y cinco de cada 105 (33%) pacientes con quistes de colédoco, que se sometieron a cirugía en un centro de atención terciaria en el norte de la India desde enero de 1989 hasta diciembre de 2002, tuvieron un quiste tipo IV-A (clasificación de Todani). La edad media de los pacientes fue de 24 años (rango, de 3 meses a 60 años); 17 pacientes en el grupo eran adultos y 22 eran mujeres. Las características que presentaron fueron dolor abdominal, ictericia, colangitis y bulto abdominal, en varias combinaciones.

Resultados: Se logró la escisión de la parte extrahepática del quiste y una anastomosis bilio-entérica ancha en 32 (91%) pacientes, mientras que el drenaje interno del quiste fue necesario en 3 pacientes, por razones técnicas: colaterales por hipertensión portal (1 paciente) y adherencias densas (2 pacientes). Seis (17%) pacientes presentaron complicaciones posoperatorias: 3 tenían fugas de anastomosis bilio-entérica, 2 requerían una desviación biliar proximal percutánea; 2 tenían hemorragias intraabdominales que requerían una nueva exploración y 1 tenía fístula pancreática externa que se cerraba espontáneamente. Se dispuso de información de seguimiento para 28 (80%) pacientes. La duración media del seguimiento fue de 25 meses (mediana, 12 meses; intervalo, de 6 meses a 9 años). Tres pacientes requirieron una nueva operación, para estenosis anastomótica (n = 2) y hepatolitiasis y colangitis recurrente (n = 1) durante el seguimiento.

Conclusiones: La escisión de la parte extrahepática del quiste y el drenaje de la parte intrahepática mediante anastomosis hiliar o subhilar anchas dieron resultados satisfactorios en la mayoría de los pacientes con quistes colédocos tipo IV-A. El seguimiento cercano a largo plazo de estos pacientes es esencial, ya que es probable que presenten complicaciones relacionadas con la parte intrahepática residual de la enfermedad.