La figura 1.8 compara los precios actuales (nominales) de diferentes generaciones de antibióticos. Hay una tendencia general al alza en los precios, con antibióticos más nuevos, como las oxazolidinonas y las quinolonas, que cuestan mucho más que las penicilinas, las sulfonamidas y otros medicamentos más antiguos. Dado que la mayoría de los antibióticos, con excepción de los más recientes, no están patentados, el mayor costo de los medicamentos relativamente nuevos probablemente refleja los enormes costos regulatorios de llevar un medicamento al mercado. Hasta la fecha, solo se ha realizado un análisis del costo de la resistencia bacteriana relacionado con los medicamentos. Howard y Rask (2002) toman datos de 1980 y 1998 sobre antibióticos utilizados para tratar infecciones de oído de la Encuesta Nacional de Atención Médica Ambulatoria para estimar el aumento en el costo del tratamiento antibiótico atribuible al aumento de la resistencia bacteriana. Al carecer de datos sobre la resistencia, utilizaron las tendencias temporales como un indicador de la resistencia para mostrar que, entre 1997 y 1998, se estima que el aumento de la resistencia a los medicamentos aumentó el costo del tratamiento de las infecciones de oído en aproximadamente un 20% (216 millones de dólares). Sin embargo, este enfoque no es perfecto, ya que las tendencias temporales pueden capturar costos no relacionados con la resistencia, como los costos de los antibióticos con perfiles de efectos secundarios más bajos o una dosificación más conveniente.
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