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Los resultados de esta investigación pueden resumirse como sigue: 1. La inhalación de gas de formaldehído, incluso en pequeñas cantidades, va seguida de bronquitis y neumonía. La neumonía se debe a la inhalación del gas y no a una infección secundaria. 2. La formalina pertenece a ese grupo raro de venenos que son capaces de producir la muerte súbita cuando se ingieren. 3. La introducción de formalina en el estómago es seguida por la producción de una gastritis que varía mucho en carácter. El duodeno y el yeyuno superior también pueden estar involucrados en el proceso inflamatorio. 4. Las inyecciones intraperitoneales de formalina causan peritonitis de carácter fibrino-hemorrágico. Se obtiene una reacción definitiva cuando se emplea formalina muy diluida (1-1000). En la cavidad peritoneal, la formalina ejerce una acción destructiva sobre todos los órganos (páncreas, hígado, grasa peritoneal, trompas de Falopio, etc.).) con la que entra en contacto y causa inflamación en estos órganos. 5. La dosis letal de formalina cuando se inyecta por vía intraperitoneal en cobayas es de aproximadamente 2 cc. de 1-1000 formol por cada 100 grm. de peso corporal. 6. La inyección de formalina en los pulmones va seguida de neumonía y bronquitis. 7. La inflamación que sigue a las inyecciones subcutáneas de formalina se caracteriza por una exudación intensa. 8. La inyección de formalina en los músculos produce miositis. 9. La inyección de formalina en la cámara anterior del ojo causa la acumulación de un exudado que contiene leucocitos y fibrina. Cuando se deja caer formalina en el saco conjuntival, se produce una iritis que puede ser lo suficientemente grave como para destruir el ojo. 10. La formalina de cualquier manera introducida en el cuerpo es absorbida, y luego es capaz de producir lesiones en los órganos parenquimatosos. 11. Los cambios en el hígado después de la absorción de formalina consisten en un grado leve o grave de hinchazón turbia acompañada de vacuolización del protoplasma, cambios en los núcleos e infiltración leucocítica. Puede producirse necrosis focal. Cambios similares siguen a la inhalación de formaldehído. 12. La inyección de formalina o la inhalación de vapores de formaldehído produce hinchazón turbia del parénquima del riñón. Puede producirse necrosis focal. 13. La neumonía y la bronquitis se encuentran en todos los animales después de la inyección de formalina. 14. La infiltración leucocítica que sigue a la introducción de formalina en un órgano tiene estas características generales: Los eosinófilos son los primeros leucocitos en aparecer; estos son seguidos por los otros leucocitos polinucleares; por último aparecen los leucocitos mononucleares grandes y pequeños. Fenómenos similares ocurren en la tráquea, los bronquios y los pulmones de animales sometidos a inhalaciones de formaldehído. 15. La formalina es, directa o indirectamente, quimiotáctica para los leucocitos. Los tejidos que no se infiltran con leucocitos después de la inyección de formalina son aquellos que han sido tan lesionados por el químico que una reacción inflamatoria es imposible. 16. Los animales sometidos a envenenamiento crónico con formalina administrada por inyección intraperitoneal desarrollan peritonitis fibrinosa, asociada con una marcada eosinofilia. Los cambios en los riñones y el hígado consisten en hinchazón turbia, degeneración grasa, necrosis focal e infiltración leucocítica.
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