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Parto en el hogar: un estudio cualitativo que explora las percepciones del riesgo y la gestión del riesgo entre las mujeres baluchis en Irán

Objetivo: explicar cómo las mujeres que eligen dar a luz en el hogar perciben y gestionan los riesgos relacionados con el parto.

Diseño: un enfoque cualitativo y metodológico basado en los principios de la teoría fundamentada. Los datos se recopilaron mediante entrevistas en profundidad con mujeres que habían dado a luz en casa. Configuración

: el estudio se llevó a cabo en Zahedán, la capital de la provincia de Sistán y Baluchistán, en el sureste de Irán.

Participantes: Se entrevistó a 21 mujeres baluchas de 13 a 39 años que tuvieron un parto en casa planeado. Nueve de ellas habían sido atendidas por parteras con formación universitaria, ocho por parteras capacitadas y cuatro por parteras tradicionales.

Hallazgos: con respecto a los riesgos percibidos, las mujeres percibieron que dar a luz en el hospital era riesgoso debido a intervenciones médicas, rutinas y consideraciones éticas. Los riesgos percibidos para el parto en el hogar eran condiciones médicas agudas. Las mujeres tomaron la decisión de dar a luz en casa basándose en la información verbal, visual e intuitiva existente. Se identificaron las dos categorías siguientes relacionadas con la gestión de riesgos: 1) preparación psicológica y 2) preparación médica y logística. Todas las mujeres confiaron en su propia intuición, su partera y el apoyo sociopsicológico de sus familias para trasladarlas al hospital en caso de complicaciones.

Conclusiones clave e implicaciones para la práctica: las mujeres que optaron por dar a luz en casa aceptaron que había riesgo de complicaciones, pero percibieron que se debían al destino. Los riesgos técnicos se consideraron una consecuencia de la decisión de dar a luz en el hospital y se percibieron como evitables. Además, las mujeres consideraron los problemas éticos como riesgos que a veces son más importantes que las complicaciones médicas. Las percepciones de riesgo de las mujeres, y las formas en que se preparan para gestionar el riesgo, son cuestiones fundamentales para ayudar a los proveedores y a los encargados de formular políticas a ajustar los servicios a las expectativas de las mujeres a fin de responder a la individualidad de cada mujer.