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Hormonas femeninas, ¿para qué sirven?

Seguro que es algo de lo que estás al tanto: las hormonas femeninas nos afectan en nuestro estado de ánimo, en nuestro apetito sexual, en nuestra relación de pareja, en nuestra piel y en otras muchas ‘parcelas’ de la vida, ajá.

Somos pura química y, por eso, conocer qué síntomas pueden producir la alteración de unas u otras hormonas es muy importante para tu equilibrio, así como para saber si debes acudir al médico a una revisión.

¿Quieres saber cuáles son las hormonas femeninas?

ESTRÓGENOS

Son algunas de las principales hormonas femeninas. Regulan la actividad del aparato genital, favorecen la flexibilidad de los capilares, la resistencia de los huesos y previenen determinados problemas respiratorios. Cuando bajan, aparece el nerviosismo, la ansiedad, dolores musculares, sofocos y molestias premenstruales.

PROGESTERONA

Interviene en el ciclo menstrual y en la actividad del aparato genital. Si hay desequilibrio, el cuerpo retiene más líquido y se hincha (pueden darse náuseas, irritabilidad, somnolencia y cansancio).

DEA

Aumenta la resistencia del cuerpo ante la fatiga y mejora la elasticidad de músculos y piel. Si desciende, pueden aparecer debilidad y dolores musculares, fatiga acusada, pérdida de memoria y bajada de defensas.

TESTOSTERONA

Aumenta el deseo sexual femenino, favorece la autoestima y hace que el cuerpo retenga menos grasa y la elimine más fácilmente. Su aumento provocaría agresividad e irritabilidad; su bajada, pérdida de deseo sexual.

CORTISOL

Regula la respuesta del organismo ante el estrés, activando la producción de adrenalina. Si suben sus niveles puede aparecer nerviosismo, ansiedad y taquicardias. Si son muy bajos, cansancio, desánimo y disminución de la masa muscular.

OXITOCINA

Aumenta la sensibilidad del aparato genital, el deseo y el grado de placer en las relaciones sexuales. Si desciende, habría pérdida del deseo sexual y dificultad para llegar al orgasmo.

TIROIDEAS

Otra de las hormonas femeninas que más nos pueden afectar a nuestro estado de ánimo son las hormonas tiroideas. Regulan el metabolismo y la forma en que el cuerpo quema las calorías de los alimentos. Cuando baja su cantidad, pueden aparecer subidas de peso, fatiga crónica y depresión. Si es demasiado alta, pérdida de peso, problemas en los ojos, convulsiones, incapacidad para relajarse y ansiedad.

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