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ESTE DÍA EN LA HISTORIA

Doc Holliday–pistolero, jugador y dentista ocasional-muere de tuberculosis.

Aunque fue quizás más famoso por su participación en el tiroteo en el O. K. Corral en Tombstone, Arizona, John Henry «Doc» Holliday se ganó su mala reputación mucho antes de esa famosa pelea. Nacido en Georgia, Holliday fue criado en la tradición del caballero sureño. Se ganó su apodo cuando se graduó en el Colegio de Cirugía Dental de Pensilvania en 1872. Sin embargo, poco después de embarcarse en una carrera respetable como dentista en Atlanta, desarrolló una tos fuerte. Los médicos diagnosticaron tuberculosis y aconsejaron mudarse a un clima más árido, por lo que Holliday trasladó su consultorio a Dallas, Texas.

Según todos los informes, Holliday era un dentista competente con una práctica exitosa. Desafortunadamente, las cartas le interesaban más que los dientes, y se ganó una reputación como un hábil jugador de poker y faro. En 1875, la policía de Dallas arrestó a Holliday por participar en un tiroteo. A partir de entonces, el doctor, una vez honrado, comenzó a vagar entre las florecientes ciudades del Salvaje Oeste de Denver, Cheyenne, Deadwood y Dodge City, ganándose la vida en mesas de juego y agravando su tuberculosis con el consumo excesivo de alcohol y las noches largas.

Holliday fue famoso por su amistad con Wyatt Earp, quien creía que Holliday le salvó la vida durante una pelea con vaqueros. Por su parte, Holliday fue un amigo leal de Earp, y estuvo a su lado durante el tiroteo de 1881 en el O. K. Corral y la sangrienta contienda que siguió.

En 1882, Holliday huyó de Arizona y regresó a la vida de un vagabundo, jugador y pistolero occidental. En 1887, su dura vida lo había alcanzado, obligándolo a buscar tratamiento para su tuberculosis en un sanatorio en Glenwood Springs, Colorado. Murió en su cama a los 36 años.