¿Dónde está el Sensor de temperatura de un automóvil?
Los vehículos de hoy en día son bastante inteligentes. Vienen equipados con sensores y medidores para ayudar a alertar a los propietarios de posibles problemas o necesidades de mantenimiento. Uno de los sensores más importantes, y quizás uno de los más ignorados, es el sensor de temperatura del refrigerante, a veces abreviado como CTS. Pero, ¿qué hace este sensor y por qué importa?
En realidad es bastante simple: El CTS detecta cuando el motor se está sobrecalentando o la temperatura dentro del sistema comienza a subir por alguna razón. Proporciona una alerta urgente de que las cosas se están poniendo demasiado calientes bajo el capó, lo que lleva al conductor a tomar medidas rápidas.
Cómo funciona el Sensor de temperatura (CTS)
El CTS es lo que los mecánicos podrían llamar un termistor. Lo que esto significa es que funciona según el principio de la diferencia de potencial en la temperatura. Si la temperatura del motor cambia, la salida de diferencia de potencial del CTS también cambia y es medida por la unidad de control del motor. A medida que aumenta la temperatura, disminuye la resistencia del refrigerante del vehículo, lo que aumenta la salida de diferencia de potencial. Todo esto puede sonar bastante técnico, pero se reduce a esto: El sensor de temperatura monitorea constantemente las fluctuaciones en la resistencia del refrigerante, lo que le permite alertar al salpicadero de su vehículo cuando hay un posible problema de sobrecalentamiento.
¿Dónde se encuentra el Sensor de Temperatura del Refrigerante del Motor?
Pero, ¿en qué parte de su vehículo se encuentra realmente este importante sensor? Depende, solo de la base del fabricante de su vehículo. La mayoría de las veces está cerca del termostato del sistema de refrigeración, o en algunos casos incluso dentro de él.
Nota: Algunos motores pueden tener un par de sensores, uno que envía información desde el motor a la unidad de control y el otro que envía información desde la unidad de control al tablero. Esto es menos común en estos días, pero los autos con dos sensores ciertamente todavía existen.
Cuando el sensor se estropea
Como en cualquier parte del vehículo, el sensor de refrigerante no está hecho para durar para siempre. El simple desgaste a veces puede causar que un sensor se estropee.
Algunos de los síntomas de esto incluyen:
- Su vehículo comienza a usar más gasolina de lo habitual.
- Notas humo negro que sale de tu tubo de escape.
- Tiene dificultades para arrancar el motor, incluso después de permitir que se enfríe a una temperatura de funcionamiento normal.
- Su vehículo se sobrecalienta con frecuencia.
- Usted ve los signos reveladores de fugas de refrigerante en el suelo donde su automóvil acaba de estacionarse.
Tenga en cuenta que, en la mayoría de los automóviles, un problema con el sensor activará una luz de verificación del motor, notificándole que lleve su automóvil para una inspección. Lleve su vehículo a su Centro de Cuidado de Automóviles Meineke local y un técnico certificado podrá evaluar y diagnosticar el problema.
Si resulta ser el sensor, querrá reemplazarlo de inmediato. Afortunadamente, este es un procedimiento estándar. Tener instalado un sensor nuevo y, si es necesario, reparar la fuga de refrigerante, generalmente puede ayudarlo a volver a la carretera. ¡Haga su cita con nosotros hoy mismo y llegue al fondo de su posible problema con los sensores!
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