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Cuarta de la COVID-19

Se conoce como granos ciegos a aquellos granos internos o enquistados, que no son tan evidentes como las espinillas que salen al exterior, pero que igualmente causan molestia, dolor e irritación en la piel, la cual se ve abultada y enrojecida.

Al igual que otro tipo de granos, no conviene apretarlos ni tratar de manipularlos de forma que quede herida, ya que se pueden infectar y, posteriormente, quedarán marcas o cicatrices.

¿Cómo tratar los granos ciegos?

Como los granos ciegos o internos se producen debido a la inflamación de un poro, lo primero que se puede hacer es llevar a cabo una correcta higiene facial. Así, lavar la cara con agua y jabón es fundamental para eliminar impurezas y suciedad que pueda tener la piel.

Posteriormente, las soluciones para curar el grano van encaminadas a que el grano interno se abra y se forme la cabeza, de tal modo que va a ser fundamental abrir el poro. Para ello, se puede usar una compresa de agua tibia sobre la piel o utilizar vapor de agua mediante una olla puesta a hervir.

Otros trucos consisten en llevar a cabo una exfoliación, aunque esta debe ser suave y hay que tener cuidado en no dañar la piel, ya que la zona donde está el grano es más delicada y una exfoliación agresiva puede dar lugar a heridas y, después, a marcas y cicatrices.

Algunos productos pueden ayudar a tratar los granos internos. Hay algunos que se pueden adquirir en farmacias o tiendas de cosméticos que ayudan a eliminar los granos o a reducir sus efectos.

Un ejemplo es el aceite de árbol de té, que con sus propiedades puede acelerar el proceso de curación y evitará infecciones. El hielo puede servir para bajar la inflamación causada por el grano y, también, es muy conocido el uso del bicarbonato de sodio.