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Cuándo y cómo usar los apósitos de yodo

Cita: Jones V, Milton T (2000) Cuándo y cómo usar los apósitos de yodo. Tiempos de enfermería; 96: 45, 2.

Autores Vanessa Jones es directora de educación; Tanya Milton es enfermera de investigación; ambos en la Unidad de Investigación de Curación de Heridas, Facultad de Medicina de la Universidad de Gales, Cardiff.

Introducción

El yodo es un antiséptico que mata bacterias y patógenos (Lawrence, 1998). En el pasado, su uso clínico estaba limitado por el hecho de que el yodo elemental puede causar irritación a la piel, se absorbe sistémicamente y es casi insoluble en agua.

El yodo se puede utilizar para la limpieza y desbridamiento de heridas (Sundberg y Meller, 1997), y para la prevención y el tratamiento de infecciones (Skog, 1983). Investigaciones recientes han generado interés en su capacidad para promover la curación al influir en la producción y actividad de ciertas células en el sistema inmunitario (Moore et al, 1997).

El término yodo se usa a veces para denotar todas las formulaciones de yodo, cuando de hecho hay dos preparaciones distintas:

  • Povidona yodada, que está disponible en varias formulaciones líquidas o como tul impregnado;
  • Cadexómero yodado, que está disponible como polvo, ungüento o apósito.

Cada uno tiene características físicas diferentes que se relacionan con sus partes componentes y la concentración de yodo disponible que se libera cuando se usa (Gilchrist, 1997).

Povidona yodada (PVP-I)

Povidona yodada es un yodóforo compuesto por un complejo soluble en agua de yodo elemental y un polímero sintético. Esto se conoce como polivinilpirrolidona yodada o PVP-I (Mayer y Tsapogas, 1993).

El PVP-I tiene afinidad con las membranas celulares y suministra yodo directamente a la superficie de la célula. Su papel como agente antimicrobiano no está claro (Zamora, 1986). Algunos investigadores han informado de una amplia gama de actividades contra bacterias gram negativas y gram positivas, hongos, virus y protozoos. Otros encontraron que el uso de diferentes concentraciones de yodo en esta forma hacía poca diferencia con los patógenos de las heridas (Mertz et al, 1984; Lammers et al, 1990).

La investigación ha identificado que el yodo en diferentes concentraciones puede afectar a los fibroblastos, que tienen un papel fundamental en la curación de heridas. Sin embargo, las preocupaciones sobre este efecto tóxico en la cicatrización de heridas no se originaron en estudios clínicos, sino en pruebas en animales (Geronemus et al, 1979; Brennan y Leaper, 1985: Kashyap et al, 1995) y en trabajos in vitro (Mayer, 1994; Moore, 1996).

El uso de PVP-I como desinfectante tópico preoperatorio de la piel está bien establecido. En pacientes con quemaduras, la povidona yodada tópica proporciona una profilaxis antibacteriana eficaz (Lawrence, 1992). El aderezo más utilizado es un tul impregnado.

Efectos adversos

El yodo puede causar efectos adversos locales, como reacciones cutáneas irritantes y dermatitis alérgica de contacto (Tosti et al, 1990). Se debe usar con precaución y, si es posible, evitar, en pacientes con trastornos de la glándula tiroides, ya que su uso puede provocar hipertiroidismo.

Del mismo modo, los pacientes con diabetes que estén tomando sulfonamidas o sulfonilureas, que inhiben la síntesis de la hormona tiroidea, deben ser observados para detectar posibles efectos tóxicos y puede ser necesario comprobar sus niveles de hormona tiroidea.

Las reacciones cutáneas graves son raras, pero los enfermeros siempre deben dejar de usar yodo si ocurren. No hay pruebas sólidas de que los productos que contienen PVP-I representen algún peligro para la cicatrización de heridas, pero debido a sus amplias propiedades antimicrobianas, parece que pueden desempeñar un papel importante en la prevención y el tratamiento de la infección de heridas (Mayer y Tsapogas, 1993).

Punto de práctica

El yodo se diluye y puede descomponerse pronto si entra en contacto con exudado y proteínas en la superficie de la herida. Esto reduce cualquier efecto a largo plazo que pueda tener. Los beneficios de PVP – I generalmente duran unas pocas horas, pero la dilución posterior generalmente hace necesario cambiar los apósitos al menos una vez al día. Por lo tanto, se recomienda el uso de PVP-I en heridas infectadas con bajos niveles de exudado y heridas que necesitan cambios frecuentes de vendaje.

Cadexomer iodine

Cadexomer iodine es una red tridimensional de almidón formada en microesferas esféricas que contienen 0,9% de yodo. Estas perlas son altamente absorbentes y los poros de la red aumentan de tamaño cuando se exponen al exudado, lo que permite la liberación gradual de yodo (Sundberg y Meller, 1997).

Las tres formas patentadas de yodo cadexómero se componen de la misma formulación y están disponibles en forma de polvo, apósito en pasta o pomada (Thomas y Leigh, 1998).

La liberación lenta del yodo en estas preparaciones permite que la herida permanezca en contacto continuo con ella, mientras que con una sola exposición a un producto como el tul PVP-I, el yodo se descompone pronto (Sundberg y Meller, 1997).

Las perlas también absorben los residuos y, por lo tanto, se pueden usar para eliminarlos del lecho de la herida, lo que hace que el yodo cadexómero sea un útil agente de desbridado.

Los ungüentos que contienen yodo cadexómero han demostrado ser eficaces contra una variedad de organismos, como Staphylococcus aureus, estreptococos β-hemolíticos y pseudomonas, en varios tipos diferentes de heridas.

En un estudio de 28 pacientes con úlceras venosas en las piernas, Steele et al (1986) encontraron que era eficaz en úlceras sucias y olorosas y Apelqvist et al (1992) lo encontraron útil para controlar el exudado en úlceras de pie diabético. El yodo cadexómero también ha demostrado ser eficaz contra S. aureus resistente a la meticilina en heridas de cerdos (Mertz et al, 1994) y heridas experimentales (McLure y Gordon, 1992).

Efectos adversos

El efecto adverso más común es una sensación de ardor o escozor en la aplicación, irritación local, enrojecimiento y eccema (Holloway et al, 1989). Los estudios de seguridad han demostrado que el yodo cadexómero presenta un riesgo mínimo para la función tiroidea (Skog et al, 1983).

Punto de práctica

El yodo cadexómero es útil para tratar heridas infectadas con cantidades moderadas de exudado y heridas lisas. Su capacidad para liberar yodo lentamente significa que se recomienda su uso en heridas crónicas donde se requieren cambios de apósito menos frecuentes.

Seguridad

Varios ensayos clínicos publicados sobre el uso de yodo PVP-I y cadexómero apoyan el uso de productos yodados, pero gran parte de esta investigación se ha llevado a cabo en laboratorios o en animales y todos los estudios involucrados utilizan una amplia variedad de preparaciones diferentes.

Sin embargo, parece que las últimas formulaciones de yodo de baja concentración y liberación lenta que se utilizan actualmente en la práctica clínica son eficaces y no tóxicas. Las preocupaciones anteriores sobre el yodo se basaban en la toxicidad de formulaciones más antiguas que contenían yodo elemental.